Sembla que interessa aquest tema del micromecenatge per la quantitat de visites que vàrem rebre ahir. És un tema realment interessant i esperançador. Encara que per a la música clàssica, al menys en el nostre entorn cultural, no funciona. Però el més curiós del cas, ho podeu veure en el següent article de Ignacio Molano, és que és precisament el cas de Beethoven i la seua generació allò que s'agafa d'exemple de com funcionar.
Cal recordar a Nobert Elias i dir que Beethoven va arreplegar els fruïts del fracàs de Mozart. Aquest va ser acomiadat i va decidir no ser mai més un serv, i des d'aquell moment viure del seu ofici com un "professional liberal", va morir pràcticament en la misèria. Mozart anava per davant del seu temps, l'Antic Règim encara no estava suficientment desballestat com per absorbir aquesta mena de nou comportament social per part del compositor. Una generació més tard, la de Beethoven, va arreplegar allò que Mozart va sembrar. Mozart va ser un geni, però no és només en la música on influí, també en la dignificació de l'ofici de músic.
A continuació teniu el fragment on es fa referència a Beethoven. L'article complet en aquest enllaç, paga la pena donar-li un colp d'ull
A continuació teniu el fragment on es fa referència a Beethoven. L'article complet en aquest enllaç, paga la pena donar-li un colp d'ull
http://www.impactacultura.com/blog/2011/09/mas-alla-de-lo-economico-micromecenazgo-construccion-colectiva-y-crowdpower-el-caso-verkami/
Del sordo microfinanciado a los creadores de Verkami.
Los compositores de música clásica, sobre todo a partir de la Ilustración -cuando empiezan a carecer de grandes mecenas que los respalden-, acudían a la suscripción como forma de financiar su trabajo. Cuando no hay encargos ni mecenas, empiezan a proponer a su entorno y a lectores de publicaciones mediante avisos, que se sumen a aportar una cantidad de dinero que permita vivir al compositor mientras desarrolla una obra determinada. La publicación fue el principal sustento para Beethoven, luego que su vida como pianista terminara debido a su sordera. Gracias al gran número de publicaciones de sus obras obtuvo un gran prestigio y reconocimiento. Beethoven se hizo muy popular en la alta sociedad; hizo que sus obras se vendieran muy bien por medio de suscripción, cuyos compradores eran aristócratas, músicos e intelectuales. También publicaba obras sencillas y fáciles de tocar para ganar prestigio en la clase media (también hay que decir que Beethoven pasó a explotar a las editoriales, algo un tanto insólito acostumbrados a que el fenómeno sea justamente al revés). Muchos de los grandes compositores de la época, puesto que el público pasó de ser simplemente el homenajeado de la corte real a través de sus obras a ser quienes los mantenían comprando sus entradas a los conciertos y suscribiéndose para recibir sus composiciones, se vieron obligados a deleitar a la sociedad y sus gustos cambiantes. Muchos se vieron obligados a escribir canciones populares y parcialmente folklóricas, o al menos retomando melodías de la región en la que pretendían instalarse o viajar. Las polcas y valses y de Strauss o, para seguir con Beethoven, su novena sinfonía, son ejemplos de ello.
El crowdfunding aparece como una forma más de crowdpower y no es coincidencia que tenga lugar no sólo en la época posmoderna, sino en un momentos en que tanto los recortes de fondos públicos como cierta tendencia de los patrocinadores privados hacia acciones de Responsabilidad social más ligadas con el medio ambiente, la salud y la educación, necesidad coyuntural de los países en crisis y, por lo tanto ocasión de las empresas para ofrecer una imagen solidaria y preocupada por el entorno.
El sistema es sencillo, y es el desarrollo a través de la web del modelo de las suscripciones: se confía la financiación de un proyecto –en nuestro caso cultural- a la colaboración de todo aquel, en teoría, que se conecte a internet. Comenzó hace apenas dos años con la plataforma Kickstarter , vino después IndieGoGo especializado en cine. En España, a principios de diciembre de 2010, aparece Verkami , y Lanzanos apenas tres semanas después. El panorama en América Latina en el Crowdfunding se integra por Bananacash , pionera en el territorio, idea.me , lo más reciente. En casi todas las plataformas, es notable que la mayoría de proyectos son largos o cortometrajes y, como simple comentario, que todas utilizan una estética de web muy similar.
Los compositores de música clásica, sobre todo a partir de la Ilustración -cuando empiezan a carecer de grandes mecenas que los respalden-, acudían a la suscripción como forma de financiar su trabajo. Cuando no hay encargos ni mecenas, empiezan a proponer a su entorno y a lectores de publicaciones mediante avisos, que se sumen a aportar una cantidad de dinero que permita vivir al compositor mientras desarrolla una obra determinada. La publicación fue el principal sustento para Beethoven, luego que su vida como pianista terminara debido a su sordera. Gracias al gran número de publicaciones de sus obras obtuvo un gran prestigio y reconocimiento. Beethoven se hizo muy popular en la alta sociedad; hizo que sus obras se vendieran muy bien por medio de suscripción, cuyos compradores eran aristócratas, músicos e intelectuales. También publicaba obras sencillas y fáciles de tocar para ganar prestigio en la clase media (también hay que decir que Beethoven pasó a explotar a las editoriales, algo un tanto insólito acostumbrados a que el fenómeno sea justamente al revés). Muchos de los grandes compositores de la época, puesto que el público pasó de ser simplemente el homenajeado de la corte real a través de sus obras a ser quienes los mantenían comprando sus entradas a los conciertos y suscribiéndose para recibir sus composiciones, se vieron obligados a deleitar a la sociedad y sus gustos cambiantes. Muchos se vieron obligados a escribir canciones populares y parcialmente folklóricas, o al menos retomando melodías de la región en la que pretendían instalarse o viajar. Las polcas y valses y de Strauss o, para seguir con Beethoven, su novena sinfonía, son ejemplos de ello.
El crowdfunding aparece como una forma más de crowdpower y no es coincidencia que tenga lugar no sólo en la época posmoderna, sino en un momentos en que tanto los recortes de fondos públicos como cierta tendencia de los patrocinadores privados hacia acciones de Responsabilidad social más ligadas con el medio ambiente, la salud y la educación, necesidad coyuntural de los países en crisis y, por lo tanto ocasión de las empresas para ofrecer una imagen solidaria y preocupada por el entorno.
El sistema es sencillo, y es el desarrollo a través de la web del modelo de las suscripciones: se confía la financiación de un proyecto –en nuestro caso cultural- a la colaboración de todo aquel, en teoría, que se conecte a internet. Comenzó hace apenas dos años con la plataforma Kickstarter , vino después IndieGoGo especializado en cine. En España, a principios de diciembre de 2010, aparece Verkami , y Lanzanos apenas tres semanas después. El panorama en América Latina en el Crowdfunding se integra por Bananacash , pionera en el territorio, idea.me , lo más reciente. En casi todas las plataformas, es notable que la mayoría de proyectos son largos o cortometrajes y, como simple comentario, que todas utilizan una estética de web muy similar.
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