Més reflexions sobre la llei de mecenatge i el sistema de subvencions. El següent text és de Cristina Riera, gestora cultural a Barcelona. Creiem que paga la pena llegir-ne un poc. Les preguntes que se'ns plantegen amb la lectura d'aquest text, i amb les reflexions que ja hem deixat per escrit en aquest blog, són:
- El teixit empresarial de La Safor veu la inversió en mecenatge cultural rentable?
- Són capaces les organitzacions empresarials de formar un fons comú per organitzar grans infraestructures?
- Som capaços aquells qui treballem amb la cultura i els empresaris locals d'establir un diàleg i portar a terme projectes comuns?
Desde
luego los tiempos están cambiando. El estado de bienestar parece estar
en camino de ser sustituido por una concepción neoliberal en la que el
Estado se plantea pasar de la cultura como derecho universal que
requiere apoyo público a dejarla a expensas del mercado y del patrocinio
privado.
En este contexto se plantea la reforma de la Ley de Mecenazgo, histórica reclamación del sector cultural, como la receta mágica a todos los males. Una reforma imprescindible, sin duda (actualmente
la ley del 2002 permite desgravar hasta un 25% de IRPF y 35% en
impuesto de sociedades, frente al 60-70% de Francia e Inglaterra o hasta
el 100% en EEUU). “No estamos en contra de la subvención a la cultura,
pero sí de la cultura de la subvención” Pasar de la subvención a la
desgravación y la institución se lava las manos. Aunque, como recuerda
Donald Sasoon, “no deja de ser una subvención estatal, aunque se
canalice a través de manos privadas” o Luis Martínez: “En cualquiera de
los dos casos, conviene precisar, el que paga es usted, lector.”
Reforma
imprescindible, sin duda alguna, pero ojo…, ni es la panacea ni es la
solución a todos los males. Por un lado, y siguiendo la argumentación
inicial, no se trata sólo de un nuevo modelo de financiación, sino de un
modelo institucional, de mentalidad, de valores. Y la mentalidad y los
hábitos requieren tiempo. No se convierte a un español en anglosajón a
golpe de leyes. En España no existe por el momento suficiente tradición
de inversión privada en cultura, ni sensibilidad ni consciencia
suficiente por parte del tejido empresarial del interés a nivel de
prestigio e imagen que puede conllevar la inversión en cultura, menos
aún en un momento de crisis económica como la que afrontamos.
Por
otra parte, desengañémonos, ceder el poder de decisión del apoyo
cultural al sector privado implica dejar la cultura en criterios de
rentabilidad empresariales, con todo el peligro de objetivos
cortoplacistas y fácilmente digeribles por dirigentes no especialmente
sensibles a conceptos como reflexión, investigación, crítica, riesgo…
Así, es indispensable plantear un modelo mixto, en el que se logre una
mayor participación de la sociedad civil y sector empresarial, pero
protegiendo el concepto esencial de la cultura como derecho y un bien
público que debe ser preservado desde la institución pública para
garantizar su diversidad y accesibilidad, o, como recuerda Donald Sasoon.
Porque en la mayor parte de la cultura, “la autosuficiencia es imposible. Y la rentabilidad, una utopía.” Si desitgeu llegir directament en el blog de Cristina Riera punxeu aquest enllaç:
LEY DE MECENAZO ¿OPORTUNIDAD O PELIGRO?
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