A
El Cutural han preguntat a un sèrie de gent si és necessari o no el Ministeri de Cultura (
Ministerio de Cultura ¿Sí o no?). El cultural és la revista dedicada a la cultura del periòdic
El Mundo, és a dir, premsa nacional, en "términos significantes" premsa del terme municipal de Madrid i pedanies.
Alfonso Aijón, Paloma O'Shea i Alberto Posadas són els representants del món de la música triats pel periòdic per a respondre a la pregunta. Alberto Posada és compositor, i per tant amb una capacitat limitada d'influència política. Alfons Aijón és el fundador d'Ibermúsica, amb una influència, no anem a dir il·limitada, però significativa en la política cultural i sobretot als corredors on es prenen les decisions. De Paloma O'Shea ja hem parlat en aquest blog.
Doncs bé, esperem que gent com Aijón no acabe en un lloc prominent del ministeri de cultura. Allò de "sociedad culturales de provincias" no necessita cap comentari. I relacionar descentralització amb corrupció i amiguisme és senzillament mala fe. És així perquè si es descentralitza l'administració el centre perd el poder sobre les subvencions "a repartir", que mitjançant els seus representants "a provincias" controlaven, i això és el que li preocupa, la pèrdua de poder del centre, i per tant d'ell, de Paloma O'Shea i d'altres membres de l'alta societat. Segons Aijón ara depenem més de criteris polítics, localismes i gustos personals, que, clar està, sempre és pitjor que criteris polítics, centralisme i gustos personals, ni punt de comparació!
De totes formes, cal reconèixer que llevat d'aquestes opinions Aijón ha dit en moltes ocasions coses ben interessants. Va ser el primer en dir que a Espanya existia una bombolla musical, i que com la immobiliària acabaria per explotar. Doncs, ja ho ha fet.
Peguem els textos del reportatge amb les paraules d'Aijón, Posadas i O'Shea.
Alfonso Aijón
Fundador de Ibermúsica
“Necesitamos equipos reducidos y eficaces. ¿Por qué no extranjeros?”
Rotundamente: es necesario que exista un Ministerio de Cultura. Muchas
sociedades culturales de provincias defendían mejor económicamente sus
proyectos cuando recibían las subvenciones directamente del Ministerio.
Ahora dependen más de criterios políticos y de localismos y gustos
personales de los que administran esos presupuestos. El Ministerio de
Cultura tendría que tener un presupuesto digno de este país y que el
político de turno que le toque regentarlo tenga la independencia y la
autoridad para contratar a personas de prestigio y experiencia -¿por qué
no extranjeros?- que puedan formar equipos reducidos, eficaces y con
ganas de trabajar. Que se olviden de esos Consejos con personalidades
sin ideas y sus consiguientes gastos.
Alberto Posadas
Compositor
“Frente al modelo francés y el italiano, ¿en qué espejo queremos mirarnos?”
Pensar en la desaparición del Ministerio de Cultura o en su asimilación
dentro de otro denota no valorar su función social. Hoy se hace más
necesario que nunca la existencia de un Ministerio sólido, capaz de
defender el ámbito cultural ante el Consejo de Ministros. Pensar que la
ausencia de un organismo así no traerá consecuencias negativas es
vendarse los ojos. Comparemos la experiencia de dos países de nuestro
entorno. Por una parte Francia, donde la cultura se inserta claramente
dentro del tejido social gracias a unas estructuras culturales estables y
sólidas, de entre las que destaca el Ministerio de Cultura con un gran
peso específico. De otra parte, Italia, con un Ministerio
desnaturalizado, reducido a una función de conservación patrimonial y
unas estructuras en fase de derribo por abandono. ¿En qué espejo
queremos mirarnos?
Paloma O'Shea
Fundación Albéniz y Escuela Superior de Música Reina Sofía
“No nos fue mal con Educación y Cultura refundidas en un solo Ministerio”
La importancia de la cultura para la cohesión y el progreso del país me
parece indiscutible. He dicho alguna vez que las obras de arte y las
piezas de pensamiento son semillas que llevan dentro, encapsulada, la
esencia de lo que somos como sociedad. Pero no hay que confundir
continente con contenido. Si lo que se propone es un cambio
administrativo destinado a ahorrar unos cuantos altos cargos, no me
parecería mal, pero todo lo que suponga merma en la cantidad o calidad
de la actividad cultural, sería un gran error. Recuerdo que en 1995 se
produjo una situación parecida. Entonces le dije a Aznar que quitar el
Ministerio de Cultura me parecía una barbaridad, y él me dijo, no te
preocupes, Paloma, que es un cambio meramente formal que no va a afectar
a la actividad. Y así fue. No nos fue mal con Educación y Cultura
refundidas en un solo Ministerio con Secretarías de Estado separadas.
0 comentaris:
Publica un comentari a l'entrada